Te has dado cuenta?
Todos lloramos.
Hasta el cielo.
Y lo necesitamos, nos lo pide el cuerpo.
Y no es malo, como dice una gran amiga.
Llora tía, tu llora.
Que somos como un vaso cuando se llena.
Vacíate. Deja sitio para lo que venga.
Hoy Domingo, estoy oyendo la lluvia y me acuerdo de tí.
Y me gusta oírla, me tranquiliza.
Porque todos, con los años sabemos, que es necesario.
Que los brotes verdes nacen de ese agua.
A los helechos, no les importa mojarse, ni a los pinos, ni al musgo.
Recuerda cuando llueva que esos brotes rodearán esa piedra, con la que tenemos una cita pendiente.
Necesitas reír tanto o más como llorar.
Y para cualquiera de estas necesidades, puedes contar conmigo.
Aunque mi cuerpo no esté cerca del tuyo, aunque no te pueda abrazar, ni cantar contigo esa canción de hace años.
Recuerda quien eres y cuando a alguna de las dos se nos olvide, que esté siempre la otra para recordárselo.
Acuérdate de mí hoy que llueve, y de que las "casualidades" no existen.