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lunes, 16 de enero de 2017

LA CRUZ DEL SOLDADO DE LA GUERRA CIVIL

Entre el frío y la niebla la descubrió un día que andaba por allí de casualidad. 
Entre pinos y pedruscos de granito vió la cruz. 
Estaba escondida, como olvidada. Como si fuese sólo para el que perdió la vida allí.
1937 guerra civil española.
Cuentan que salió de alguna trinchera en busca de agua y que un disparo del otro bando le quitó la sed ya para siempre. Aunque hay quien dice que esa bala venía de la trinchera de dónde salió.
La inscripción está ya ilegible y pasando las yemas de los dedos es como mejor se puede interpretar. 
Y en nuestra zona, paso inevitable, joyita de la sierra, aquí se han vivido muchas historias. Todo tiene al menos dos versiones. Casi todo es subjetivo.
Miramos esas trincheras, esa cruz y se nos vienen falsos recuerdos de una guerra que no hemos vivido. 
Con la niebla, la nieve y el viento que aquí parece pararse, sólo quiero imaginar e intentar ponerme en el lugar de cualquiera que haya pasado noches aquí con su fusil compartiendo terreno con el frío y la incertidumbre. 
Ahora la buscarán más. Yo he tardado 2 años desde que sé de su existencia. Ahora es un juego, un hobbie, 81 años atrás no lo creo. 
"Con niebla nos hemos conocido. Como cuando te conoció quien me habló de tí."

Y con esta niebla tan densa... difícil será recordar el camino. Aunque a lo mejor es mejor para todos, porque tendemos a entender sólo lo tangible.

domingo, 20 de noviembre de 2016

LA MAGIA DEL HORNO, MI PADRE FUE EL MAGO

El lugar donde me he criado, allí donde se envuelven esas tartas de manzana, esos pasteles de crema...
La Pastelería Yagüe.

Mi casa, mi casa que es la de mis hermanos, la de mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo, etc) Nuestra casa no sólo es el piso donde dormimos.
 Nuestra casa es la tienda, es el obrador.
Todos nos hemos empachado pasándonos de comer dulces, todos nos hemos pringado hemos corrido, gritado y quemado con el horno.

Imagino a cada uno de mis antepasados advirtiendo a su hijo o hija de que tuviera cuidado con el horno. A nosotros nos ha pasado desde pequeños y ha sido así en diferentes épocas:

¡Cuidado que te quemas, trasto!

Pero un día metí la mano y no me quemé.

Entre estas paredes hemos vivido momentos agotadores y momentos preciosos como el que os voy a contar en estas líneas.

Era época de roscones donde en nuestra casa formamos una cadena perfectamente planificada entre todos.

Mi padre hace la forma y esconde las sorpresas en el interior. Mi hermano prepara la masa, el resto los decoramos con guindas azúcar y frutas y mi madre los mete al horno.

Era pequeña cuando todo sucedió, tendría 5 o 6 años, como nunca he sido una niña muy parada andaba investigando. Así, descubrí bajo la entrada caliente del horno algo que me había pasado inadvertido, abrí esa especie de armario metálico que forma parte del mismo horno pero no daba calor.

-¿Papá qué es este armario?
- Ahí es donde se meten los roscones, y así crecen.

A mí esto me pareció algo alucinante así que se me vino una idea.

En un momento que nadie me veía, cogí 100 pesetas que mi abuelo Valentín, o quien fuera me dió, y metí la moneda dentro.
Si los roscones aumentaban de tamaño... esta cantidad de dinero también tenía que incrementar su valor.

Aquella noche estuve dando vueltas, deseando bajar al obrador para desayunar mi suizo y ver qué había ocurrido en "la incubadora del horno".

Bajé.
Les di los buenos días y fui directa al sitio mágico.
Abrí y lo que vi me dejó fascinada.

¡¡¡Había 500 pelas!!! ¡¡¡Y yo metí 100!!!

Se lo conté a mi padre y el sonreía.
Me imagino que me vería tan feliz,tan inocente, tan sorprendida...

Ahora me imagino su vivencia.
Parece que le veo meterse ese madrugón horrible que lleva metiéndose año tras año, día tras día.
Me le imagino abriendo esa puerta. Quizá mi moneda cayó y sonó. Y él se extrañaría.

Me imagino su cara al ver la moneda. Imagino que se reiría y estoy segura de que se conmovió.
Así visualizándome a mí, metiendo la moneda, echaría su mano al bolsillo para meter la suya.

Es uno de los mejores recuerdos de mi vida.
Y todas las Navidades mientras nos juntamos todos en esa cadena él lo cuenta.
Yo le digo que se repite...
Ojalá se repitiera.
No creo que sea casualidad, que en la inmensa mayoría de mis mejores recuerdos, el siempre tenga algo que ver.
No creo que la Navidad sea magia,
pero hay personas que son capaces de crearla.

Esta entrada va por él no es porque sea mi padre es porque siempre ha luchado por nosotros, era un mago sin capa y para mí no hay hombre en la tierra que se le pueda parecer.

Que sean eternos los años juntos en esa mesa ayudando.
Aunque suela llegar tarde.
Aunque cueste el madrugón.

lunes, 9 de mayo de 2016

FUEGO EN EL CORAZÓN

Vinieron de amarillo, andando por la carretera. No les importaba estar cansados, porque estaban más cansados de su situación.
Imagina poner ganas, devoción, esfuerzo y profesionalidad en tu trabajo. Imagina situaciones que te sitúan en momentos peligrosos. Imagina calor, nervios, humo, rapidez el ruido de un helicóptero. La unión a tus compañer@s, que muchos perdieron la vida, dándola no sólo por un trabajo con una nómina bastante cuestionable. También por la naturaleza, los seres que viven en ella y personas en riesgo.
Ahora deja de imaginar. Ese trabajo, no tiene una categoría reconocida. No.

Yo que acostumbro a pasar horas disfrutando del paraíso que es para mi el monte, con sus ruidos, su olor, su brisa... Imagino el infierno en el que se puede convertir, además habiendo escuchado testimonios. No podría definirme como amante de esto, y mirar a otro lado cuando alguien, que aunque no conozca vela por una gran pasión de mi vida, y sólo pide lo justo.

Después de que un buen amigo mío, bombero forestal me dijese el fin de esta marcha y que pasaría por aquí, allí aparecimos unos pocos.
Al principio fue raro. Obviamente apareces allí sin conocer a nadie y resulta extraño.
Creo recordar que eso sólo duro unos minutos.
Porque hay un fenómeno que se da en ocasiones, y es la cercanía que puede ofrecer alguien lejano.

He tenido la suerte de hablar con ell@s, preguntarles cosas, reírme tomarme unas cervezas...

Esa gente los BOMBEROS FORESTALES, esa gente lleva fuego en el corazón.
De pequeña oí tanto lo de: "defensora de las causas perdidas"... una vez más me reafirmo con unos 17 años más.
LAS CAUSAS SÓLO ESTÁN PERDIDAS SI NO SE LUCHAN.

No os  desaniméis! Esta bomba cada vez tiene mas onda expansiva.
No he conocido a nadie que consiguiera nada importante sin entusiasmo, energía e ilusión.

Que el trabajo vuestro entre otros sea apagar fuegos, pero la llama del corazón y la lucha por algo tan razonable, reciba fuelle.

Fundamentales BOMBEROS FORESTALES

sábado, 5 de septiembre de 2015

Kalaveras se escribe con K desde hace 25 años

Rojo, negro. Quizá haya para quién estas palabras, carezcan de sentido. Y selfie, ovejas, bridas, limbo, caravana, volcán, lambrusco, te reviento...
Pasaron por ser much@s, pasaron por ser poc@s. Pero siempre lo pasaron. Siempre cumplieron con las tareas.
Había años que parecía que iban a desaparecer, muy al contrario. Volvieron con más fuerza.
Cada uno de un padre y una madre. Muy diferentes entre si. Pero con algo en común son Kalaveras.
Eso significa que tod@s son iguales, para tod@s el mismo trato, las mismas condiciones.
Está prohibida la violencia, está prohibido pasárselo mal.
A palmas, con el cajón flamenco, cantando jotas. El caso es cantar, y dar el cante.
Y ahora vuelven nuestras fiestas del Cristo del Caloco. Unas fechas que esperamos todo el año.
Qué liaremos este año? Qué diploma nos caerá? Ganaremos los disfraces? El número? Algo?
Lo que está claro es que lo pasaremos genial. Como el resto de los 24 años anteriores. Yo no estaba, pero me acuerdo. Klv's cuenta atrás. 25 aniversario.
Chupito!!! :p