martes, 28 de julio de 2015

La flecha, la palabra, y la oportunidad

Triste, desconcertado, y sumido en una falsa esperanza. Las flechas habían sido disparadas, las palabras pronunciadas, y... La oportunidad perdida?

Recuerda en su cama escenas de películas, en las cuáles en el último momento  el protagonista se salva.

Pero es que en realidad de lo que se tenía que salvar era, según pasaban las horas más inevitable.
Normalmente nunca daba la oportunidad de ver algo desde tan cerca. Era una persona cauta.
Pero esta vez su cautela cedió ante la curiosidad.

Poco a poco se acercó y el calor era agradable y acogedor.
El problema vino al acercarse aún más para verlo de cerca. Lo agradable molestó. Echó un paso atrás pero se volvió a confiar, le gustó sentir la curiosidad.
Ya no fue molesto. Ya quemó.
Y apartándose ya con su enfado, y arrepentimiento se percató.
Se percató de que desde lejos era bonito, desde un poco más cerca agradable, luego ya nunca debió pasar de ahí.
Entendió que la culpa, fue suya por ceder en su cautela, por caer en la curiosidad. Al menos, no se quemó tanto como podría haberlo hecho. Pero se sentía mal por haber dejado la precaución.
Cual era su esperanza? Que eso mismo que le quemó, le curase?
Difícil verdad?
Ahora está pensando. Cosas, que sabe que no hacen falta ser pensadas. Porque en el fondo si sabe donde quedó la flecha, la palabra, y la oportunidad.

miércoles, 15 de julio de 2015

Soy mujer, y me encanta!!!


Esta entrada es para tod@s pero en especial vosotras os sentiréis identificadas.
Naces. Eres una niña. Tus regalos de cumpleaños, reyes, son repipis y  por defecto casi todo rosa. Por qué? Porque eres una niña, es tu color.
Pues a mi nunnnnca me gustó ese color, ni jugar con la cocina de plástico. Otras cosas "de niñas" sí.

Después de tu niñez, llega tu adolescencia. ( momento desde el cual mi familia esta en proceso de beatificación).

Un día vas al baño y...
No sabría como describir ese momento es como que te quedas en "stand by" y se te hace un nudo en el estómago.

Vas con toda la preocupación o vergüenza y se lo cuentas a tu madre.

-Pero que bien!!! Si ya eres una mujercita!!
Y tú, por dentro piensas pues vaya p*** mierda, si tengo que estar contenta por esto...

Pero, ¿en qué momento de verdad, pasas de ser una niña a ser una mujer?

Pues creo que en el momento en el cuál simplemente lo eres, y te comportas y piensas como tal.

Sabréis, que ser mujer conlleva agun que otro prejuicio. Como ser peor que un hombre para la ejecución de algunas acciones, o cosas.
¿Cuántas veces os han dicho algo referente a esto? Por ejemplo:

-Ala! Y has llevado tu todo sola?
-Eh para ser una tía...

Y tu piensas que esa persona no lo hace a mal, que sólo es gilipollas.
Pues bien el hecho de ser mujer en muchas ocasiones te "obligará" a demostrar las cosas 2 veces.
A mi a veces hasta me gusta. A ver si me explico. Si por ser hombre, no voy a salir nunca de mi terreno de comodidad, prefiero ponerme a prueba, YO. Y ya en otras ocasiones un zas al que me dijo que no podría.

Además sabréis chicas la satisfacción que recorre tu cuerpo cuando te han subestimado y lo consigues. Esa cara que ponen es para decir: espera!
Y hacerte una foto.
Estás acostumbrada a que midan tu honor, moralidad, sexualidad, por el largo de tu falda. Estás acostumbrada a esquivar los piropos y las segundas intenciones de muchos tíos. Estás acostumbrada a sus caras de exaltación cuando dices algo impropio de una chica.
Más de una vez te habrás sentido incómoda con algún baboso, o con comentarios de hombres refiriéndose a ti de una manera obscena. Y si les contestas ahí te llegará en respuesta un intento de humillación o insulto.

En resumidas cuentas:

Ni de coña somos el sexo débil. Débil, para qué?
Nuestra forma de ser, moralidad, actitud depende de a quién vaya dirigida.
Nos vestimos para nosotras de tres maneras:
1 como estamos cómodas.
2 como nos vemos guapas o atractivas
3 como nos sale de los c*j*n*e*
Porque en la forma no literal de las expresión, nos sobran a puñados.
Así que las cosas van cambiando y hoy por hoy cada vez hay menos machismo. Pero el machismo más hiriente para el sexo femenino, es el procedente de una "mujer".
Estoy orgullosísima de serlo, de sentirlo, y de vivirlo. Y con los traspiés que nos puedan poner a veces, lo único que consiguen, es que cada vez sepamos saltar más alto.
Soy mujer y me encanta!